¿Qué es la implantología 3D?
Para poder entender que es la implantología 3D, es necesario hablar primero de implantes dentales. Estos son unos tornillos de titanio que sirven de sustitutorio de las raíces de los dientes.
Para ello, se anclan en la mandíbula o el hueso maxilar y, una vez el implante se ha unido al hueso, se coloca encima una corona de metal- porcelana. De este modo, el paciente puede recuperar la pieza dental perdida, permitiéndole devolver la funcionalidad y la estética a su boca.
La implantología 3D se realiza con la más avanzada tecnología, permitiendo unos resultados y niveles de satisfacción aún mayores.
¿En qué consiste?
La realización de esta prueba permite realizar una impresión de los dientes y los posteriores implantes en 3D mediante un escáner intraoral. Gracias a este aparato es posible confeccionar la mayor parte de las restauraciones de prótesis dentales.
Además, también se utiliza el CBCT (Cone Beam Computed Tomography), un dispositivo que sin apenas radiación permite obtener imágenes 3D de la estructura del cráneo del paciente. Todo ello, permite una mayor seguridad y comodidad del paciente, así como un resultado clínico más óptimo. La sofisticación de este sistema muestra en función de la cantidad y la calidad de hueso de cada paciente la posición idónea.
De este modo, el paciente puede ver un modelo tridimensional exacto de la boca e, incluso, ver una simulación de la operación en el ordenador. Una vez se han tomado las medidas necesarias con este sistema, es cuando se crea una férula quirúrgica idéntica a la posición de los implantes, la cual sirve de guía para la perforación de la encía con una técnica mínimamente invasiva.
Preparación para la implantología 3D
No requiere ninguna preparación, puesto que se realiza con cirugía mínimamente invasiva, lo cual permite minimizar la inflamación y los sangrados, además de acabar con el molesto postoperatorio.
Todo ello, favorece a la reducción del tiempo de la operación, así como a evitar posibles daños en zonas delicadas como el seno maxilar o el nervio dentario.
Avances
Antiguamente, se procedía a la extracción del diente para luego dejar reponer la zona hasta su recuperación, la cual podía llegar a tardar 8 meses. Entonces, se colocaban los implantes y se esperaban otros 6 meses para poner las coronas sobre los implantes. Todo el procedimiento duraba entre 12-18 meses.
En cambio, actualmente, se puede realizar todo en un único día, siempre que las condiciones lo permitan. Por lo general, en el mismo proceso quirúrgico en que se extrae la pieza dañada, se coloca el implante de titanio. En unas horas se procede a colocar una corona provisional que permanecerá en la boca del paciente hasta que finalice el proceso de osteointegración, el cual dura unos 2-3 meses. Este avance ha permitido que los tratamientos de implantes dentales aumenten su éxito hasta en el 97% de los casos.